La mayoría de las ideas fundamentales de la ciencia son esencialmente sencillas y, por regla general pueden ser expresadas en un lenguaje comprensible para todos.
Albert Einstein.

Las ratas muestran empatía por sus compañeras.


Tanto las ratas como los ratones no tienen buena fama en la sociedad actual, pero Pablo Herreros nos ayuda a cambiar esa imagen que tenemos a veces de estos pequeños roedores en su maravilloso blog Somos Primates. En él se explica cómo un estudio realizado por Inbal-Ami Bartal, psicóloga de la Universidad de Chicago, revela que al igual que los primates, las ratas muestran empatía hacia sus compañeras cuando se encuentran en una situación de angustia. El experimento es sencillo; Bartal organiza sus ratas por parejas y durante dos semanas las expone a 3 situaciones diferentes: con una de ellas encerrada en un tubo de plástico, con el tubo de plástico vacío y con un juguete dentro de dicho tubo. Las ratas se comportaron de manera más agitada cuando la compañera estaba encerrada en el tubo, lo que puede atribuirse al contagio emocional. Tras horas de exploración para intentar liberar a la compañera, consiguieron abrir el tubo, y tras sucesivas experiencias aprendieron a hacerlo en tan solo unos segundos.
Aquí os dejo el vídeo de este preciosos experimento.


Lynn Margulis (5 de Marzo de 1938 - 22 de Noviembre de 2011)

El pasado 22 de noviembre fue un día triste para el mundo de la ciencia, especialmente para la biología. Considerada una de las más notables científicas del siglo, Lynn Margulis falleció en su domicilio de Massachusetts a los 73 años.
Desde el principio, Margulis se centró en el origen de la vida en la Tierra, y cómo ésta se hizo fuerte en el planeta. A ella se le atribuyen tres importantes teorías evolutivas, las cuáles os invito a repasar.

La primera es la teoría de la endosimbiosis seriada (SET), considerada por la propia Margulis como su mejor trabajo, trata de describir el origen de las células eucariotas como consecuencia de sucesivas incorporaciones simbiogenéticas de diferentes células procariotas (bacterias de vida libre). Fue publicada en diferentes artículos y libros: On Origen of Mitosing Cells (1967), Origins of Eukaryotic Cells (1975) y Symbiosis in Cell Evolution (1981). La genética ha demostrado recientemente el origen simbiogenético de las mitocondrias de las células animales y de los cloroplastos de las células vegetales, dando la razón a Margulis años después.

"Las bacterias, fusionadas en simbiosis, nos dejan pistas de su anterior independencia. Tanto las mitocondrias como los plastos son bacterianos en su tamaño y forma. Todavía más importante es que estos orgánulos se reproducen de manera que hay muchos presentes a la vez en el citoplasma pero nunca dentro del núcleo. Ambos tipos de orgánulos, los plastos y las mitocondrias, no sólo profileran dentro de las células sino que se reproducen de manera distinta y en momentos diferentes a los del resto de la célula en la que residen. Ambos tipos, probablemente 1.000 millones de años después de su fusión inicial, retienen sus propias reservas reducidas de ADN. Los genes de los ribosomas de las mitocondrias recuerdan sorprendentemente a los de las bacterias respiradoras de oxígeno que viven actualmente por su cuenta. Los genes ribosómicos de los plastos son muy parecidos a los de las cianobacterias."

Lynn Margulis, Planeta Simbiótico.

Su segunda teoría, es la de la simbiogénesis. La simbiogénesis es el resultado de la simbiosis estable y prolongada que da como resultado la transferencia de material genético. Margulis, propuso que la mayoría de la novedad biológica podría provenir de procesos simbiogenéticos.

"Los micorbios son verdaderos especialistas en pasarles su ADN a otros en forma de genes enteramente funcionales. Estas artimañas sustentan la historia de la evolución darwiniana. Los microbios abandonados a su suerte, en condiciones de estrés y privaciones, tienden a unirse a otras formas de vida. Algunas de estas asociaciones duran una estación, o incluso menos, pero ocasionalmente, tienden a unirse a otras formas de vida. Algunas de estas asociaciones duran una estación, o incluso menos, pero ocasionalmente los microbios se funden permanentemente con formas de vida superiores."

Margulis y Sagan, Captando Genomas, 2003.

La tercera teoría no está exenta de cierta controversia, la teoría de Gaia es atribuida a James Lovelock. Margulis apoyó dicha teoría desde el principio ampliándola y aportando su visión de cómo las bacterias son las principales culpables de las transformaciones químicas en la biosfera. Esta teoría afirma que la Tierra fomenta y mantiene unas condiciones adecuadas para si misma, es decir, se autorregula.

"Lovelock postula que tanto la composición química de la atmósfera, como su temperatura global, la salinidad de sus océanos y la alcalinidad de la superficie de estos, no son parámetros aleatorios, sino que presumiblemente vienen regulados por el metabolismo de la suma de la vida sobre la Tierra. La Tierra presenta algunos rasgos propios de organismos individuales, está construida en gran medida a base de células que se reproducen, toma sus nutrientes del agua y produce incesantemente residuos. Ambos entran en asociaciones ecológicas, en ocasiones simbióticas, absolutamente necesarias para el reciclado de residuos, lo cual determina que el reino celular se expanda. El resultado consiste en que, con el paso del tiempo, el medio ambiente se vuelve cada vez más organizado, diferenciado y especializado."

Margulis, Captando Genomas, 2003.

Mundos microscópicos

Microscopic Worlds - Life that we don't see from Daniel Stoupin on Vimeo.

¿Qué aspecto tendrían? (Segunda parte)

Siempre que veo los incontables diseños alienígenas que surgen de la imaginación de los especialistas de Hollywood, mi limitada mente científica no deja de pensar si dichas formas pudieran ser o no posibles. En la anterior entrada me centré en el aspecto que podrían presentar los seres extraterrestres, pero hay que tener en consideración también la siguiente pregunta, ¿qué tamaño podrían tener?.
La existencia de grandes monstruos que vemos en las películas como King Kong o la mujer gigante de "El Ataque de la Mujer de 50 Pies", es físicamente imposible. Si tomamos a dicha mujer y multiplicamos su tamaño por 10, su peso aumentaría, como su volumen 1.000 veces (10 x 10 x 10), sin embargo, el área de sección transversal de sus huesos y músculos sólo aumentaría con el cuadrado de la distancia (10 x 10 = 100 veces). Esto significa que el peso aumentaría mucho más rápido que su resistencia, por lo que sus piernas se romperían al dar el primer paso. Si se aumenta la escala de una hormiga en un factor 1.000, sería 1.000 veces más débil que una hormiga normal, y sería aplastada por su propio peso. Una excepción la constituyen las grandes ballenas, que cuentan con la fuerza de empuje del agua del mar.
Esta no es la única razón por a la que un alienígena cuyo hábitat no sea líquido no podría ser tan grande como hemos podido ver en ocasiones en la ciencia ficción. El calor emitido por un animal aumenta cuando aumenta su área superficial. Por ello cuando aumenta su tamaño en un factor 10, sus pérdidas térmicas aumentan en 10 x 10 = 100. Pero el contenido de calor dentro de su cuerpo es proporcional a su volumen, o 10 x 10 x 10 = 1.000. Por ello, los animales pierden calor más lentamente que los pequeños.
Si os sentís atraídos por este tema, no dejéis de repasar la obra de Michio Kaku, el gran científico de la ciencia ficción.
Y para terminar con el tema sobre alienígenas, hay que tener en cuenta lo enorme que es el rango de variación de los factores físicos en el que podemos encontrar formas de vida en la Tierra. Así por ejemplo, recientemente se ha descubierto en Sudáfrica un gusano nemátodo a varios kilómetros de profundidad, donde anteriormente se pensaba que la única forma de vida era bacteriana. Halicephalobus mephisto soporta temperaturas de hasta 41º C y atmósferas poco oxigenadas, se reproduce asexualmente y se alimenta de bacterias.

El Cuaderno Escocés

Lvov (Lwów en polaco) es una antigua ciudad ucraniana; polaca hasta la Segunda Guerra Mundial. Allí nació el genio de la ciencia ficción Stanislaw Lem (Solaris). La ciudad tiene una universidad de cuatrocientos años, una ópera y varios museos, pero quizá, el edificio más célebre de la ciudad sea una simple cafetería. Fue en el tumultuoso ambiente del Café Escocés donde nació una de las más singulares creaciones de las matemáticas del siglo XX. A él se acercaban químicos, físicos, matemáticos y algún que otro escritor, para pasar las tardes de los sábados conversando delante de un café. No obstante, los matemáticos formaban una tertulia cerrada, discutían sobre problemas o jugaban largas partidas de ajedrez.
Un día, Stanislaw Ulam, Stefan Banach, y Stanislaw Mazur acudieron a una sesión que duró 17 horas sólo interrumpidas por las comidas. Esa maratoniana reunión dio como resultado un importante teorema de análisis funcional. Al día siguiente, se encontraron con que hasta el más pequeño detalle de dicha demostración improvisada había sido borrado de la mesa de mármol en la que habían estado trabajando. No quedaba ni rastro del teorema. Fue entonces cuando intervino Lucja, la mujer de Banach, quien entregó a su marido un cuaderno donde pudieran anotar las cosas importantes, y que al finalizar la jornada se quedaría el dueño del Café Escocés. El 17 de julio de 1935, Banach anotó el primer problema. Había nacido el Cuaderno Escocés.
Durante la ocupación soviética de Lvov, matemáticos rusos como Sobolev o Lusternik escribieron problemas en el Cuaderno Escocés. Durante la ocupación nazi, el cuaderno permaneció escondido dentro de la caja de las piezas de ajedrez y enterrado junto a uno de los postes de la portería del estadio del equipo de fútbol de la ciudad, hasta que Hugo Steinhaus, uno de los pocos matemáticos que consiguieron sobrevivir al exterminio nazi, lo recuperó, lo copió a mano y envió una copia a Ulem que había huido a EEUU, en 1956. Éste lo tradujo al inglés y envió copias a diferentes universidades de todo el mundo. A partir de entonces, el Cuaderno Escocés se convirtió en leyenda.

¿Qué aspecto tendrían? (Primera parte)

Como biólogo y amante de la ciencia ficción, una de mis mayores diversiones ha sido siempre conjeturar qué aspecto podría tener la vida alienígena. Así por ejemplo, Hollywood emplea casi siempre una forma humanoide con simetría bilateral, pero ésta no tiene por qué aplicarse necesariamente a toda la vida inteligente. El mismo Newton se preguntaba por qué todos los animales que podía ver a su alrededor poseían dicha simetría; dos ojos, dos patas delanteras y dos traseras. Hoy, se sabe que durante la gran explosión cámbrica, hace unos 500 millones de años, la naturaleza experimentó con un enorme conjunto de formas multicelulares microscópicas. Por supuesto no todas tenían simetría bilateral. No obstante se piensa que una de ellas con una médula espinal en forma de Y, y con simetría bilateral fue el ancestro de la mayoría de los mamíferos en la Tierra.
Sin embargo, como ya he dicho, este no es un requisito indispensable para el desarrollo de la inteligencia. Los científicos han concluido que la vida inteligente requiere sentir el entorno, y eventualmente, manipularlo, para lo cual son necesarios algún tipo de mecanismo sensorial o de visión para explorar el entorno, algún tipo de pulgar para agarrar, y algún tipo de sistema de comunicación, tal como el habla.
No obstante, algunos científicos han añadido un cuarto criterio con el fin de explicar un hecho curioso: los humanos somos mucho más inteligentes de lo necesario para sobrevivir, esto es, no nos hace falta conocer las ecuaciones de Maxwell para cazar y recolectar. ¿Por qué este derroche? Probablemente debido a una "carrera de armamentos" biológica interespecífica que impulsó a los humanos más inteligentes.
Más allá de estas características, todo vale... En la siguiente entrada, discutiremos sobre el tamaño.

Para más información consultar la obra "Física de lo Imposible" de Michio Kaku

El final del hombre de Neanderthal

Los neandertales (Homo neanderthalensis) habitaron con éxito los entornos subglaciales de la Europa central y occidental durante 300.000 años. Sin embargo su desaparición repentina hace 40.000 años supone uno de los grandes misterios de la evolución humana. Recientes investigaciones llevadas a cabo en la Universidad de Cambridge parecen arrojar algo de luz al misterio. El detallado análisis estadístico de las evidencias arqueológicas de la región francesa de Périgord, afirma que las primeras poblaciones humanas modernas penetraron en la región en un número al menos diez veces mayor que las comunidades locales de neandertales. De esta manera, la capacidad de los grupos neandertales para competir por la misma gama de lugares donde vivir y de alimentos se vio menguada. Además, su mayor número y su alta capacidad para coordinar actividades garantizaban el éxito de los humanos modernos.
Nuevos patrones de comportamiento, más sofisticados, acompañados de formas más avanzadas y complejas de la lengua, se desarrollaron entre las poblaciones de Homo sapiens africanas al menos entre 20.000 y 30.000 años antes de su dispersión desde África. "Está claro que esta gama de innovaciones tecnológicas y de comportamiento permitió a las poblaciones humanas modernas invadir y sobrevivir" a los neandertales, indica Mellars. Frente a estas competencias, los neandertales tuvieron que retroceder a regiones marginales hasta la extinción, que según el profesor de Cambridge, pudo haberse acelerado por un deterioro repentino del clima en todo el continente hace unos 40.000 años.

Relatos de ciencia ficción: "Refugiados Climáticos"


El mundo tal y como lo conocía Raquel había cambiado de forma dramática en los últimos años. Gaia sufría, gritaba en la soledad del espacio, y en su interior ya no había hueco para los seres humanos. Nos habíamos convertido en su enfermedad. Pero al igual que cualquiera de nuestros cuerpos es capaz de combatir una infección, Gaia también había empezado a defenderse.

Raquel miraba por la ventanilla del avión mientras agarraba con fuerza la mano de su pequeño hijo Jaime. Apenas podía ver el suelo, pero no le hacía falta. Sabía a la perfección cuál era el aspecto actual de Gaia. El blanco hielo se había fundido y desaparecido, el verde de bosques y praderas adquirió un color ocre que recordaba al desierto, y los océanos perdieron su tono verdiazul para dar lugar a un azul más puro que recordaba al de las piscinas.
A su alrededor, cientos de refugiados climáticos se mostraban inquietos y atemorizados. “No tienes por qué preocuparte Raquel” Se dijo para tranquilizarse. “Necesitarán médicos, pasaremos el corte”.

El avión aterrizó en Harrogate hacia las 21:00 h. Allí esperaban cientos de soldados del ejército británico para escoltar a los refugiados climáticos, y para que el proceso de selección se llevara a cabo de la forma más civilizada posible. En aquella época las islas Británicas constituían un salvavidas dentro del océano devastado de Gaia, pero se veían constreñidas por la escasez de alimentos, energía y espacio vital. Por ese mismo motivo, el avión despegaría de nuevo esa misma noche con los rechazados a bordo.

Era de noche, los focos apuntaban directamente a los viajeros que descendían del avión. Jaime agarraba con fuerza la mano de su madre para evitar perderse entre los empujones y gritos de los refugiados. Enseguida se vieron rodeados por soldados armados y con los rostros tapados. Al llegar a la alambrada eléctrica, los pusieron en fila mientras varios funcionarios armados y fuertemente escoltados los entrevistaban uno a uno.

La mano de Raquel temblaba mientras entregaba al funcionario sus papeles identificativos y los de Jaime. A su lado, otro de los funcionarios rechazaba una de las solicitudes, y el escolta que lo acompañaba tuvo que emplear su arma para defenderlo.

Raquel y su pequeño hijo Jaime tuvieron suerte; de los 380 tripulantes que viajaban en el avión, sólo 9 cruzaron la alambrada entre insultos y agresiones de los demás refugiados. En aquel pequeño oasis de vida podrían ser felices y llevar una vida normal, al menos por unos años más. Aún así, Raquel nunca olvidaría los rostros de aquellos compañeros de vuelo, que nunca llegaron a cruzar la alambrada.

El clan del lobo

Gracias al extraordinario blog Somos Primates he vuelto a quedarme fascinado con un sorprendente comportamiento animal. Nos trasladamos al Parque Nacional de Yellowstone, en Estados Unidos, para ver como un lobo macho intenta ser aceptado por un clan. A pesar de que no fue bienvenido, una joven del clan sí mostró interés por la visita del macho e incluso intentó jugar con él ante la atenta mirada de sus padres. Tras la visita, la joven hembra muestra ante sus progenitores una conducta que demuestra que es consciente de que ha hecho algo que no debía.

Relatos de ciencia ficción: "Sníkjudyr"



Un extraño rostro apareció en el monitor de Pasozyt, piloto jefe de la Sníkjudyr.
- ¿Humanos? No he oído hablar de ellos – dijo Loinen, número uno de la nave.
- Han emitido la señal estándar de auxilio, Número Uno, pero desconocemos su biología.  No es una buena idea – respondió Pasozyt.

Al otro lado de la señal se encontraba Umut, capitán de la Viltis, una de las 3.000 naves enviadas hace años en busca de un planeta habitable.
- No podemos esperar más, el estado de Toivoa es crítico. Solicitaremos asistencia médica – dijo a Rémeny, su primer oficial.
Ya le había ocurrido a otros exploradores antes. Después de varios meses encerrados en un espacio muy limitado, sin poder abrir una ventana para que entrase el aire, sin saber si es la hora de dormir o de almorzar, y sin tener si quiera un suelo y un techo para orientarse, no queda otro camino que la locura. Umut había escuchado historias de tripulantes que habían decidido abrir una de las compuertas del módulo, dejándose absorber por el frío espacio. Toivoa, por el contrario, había decidido autolesionarse con el filo de la herramienta que abre la válvula del reactor principal. Loinen se preocupaba demasiado por la joven y atractiva bióloga que se había ofrecido como voluntaria para la expedición.
- ¿De verdad está dispuesto a arriesgar la vida de su tripulación por ella, capitán?.
- Ya está decidido Rémeny, no tenemos otra opción.

Mientras tanto, en la Sníkjudyr, Pasozyt tenía sus dudas.
- No sabemos si esos humanos son asimilables Número Uno. ¿Está seguro de que quiere que envíe la señal de acoplamiento?
- Estamos muy débiles. Asumiremos el riesgo, traza la geodésica de aproximación – dijo Loinen. – Si no tomamos pronto una fuente de baja entropía, moriremos.

Dodo y sus pequeños cachorros de tigre

Tiene 2 años y medio, pero ya se ha convertido en una auténtica madraza... de tigres. Dodo, da el biberón a diario a  unos pequeños cachorros de tigre, y no sólo no les teme, sino que además juega con ellos. Le han enseñado a hacerlo sus cuidadores de un zoo de Tailandia, situado a unos 40 kilómetros al sureste de Bangkok.

Dios no creó al hombre, el hombre creó a Dios

Numerosos científicos, entre ellos Stephen Hawking, ya sugirieron un principio del universo que no necesita ningún Dios. Igualmente, otros como Francisco Ayala, señalan que tampoco es necesario para explicar el origen del hombre. De modo más reciente, la neurociencia, indica a la luz del proceso evolutivo, que es el cerebro, y sólo él y su funcionamiento, el que produce sin ninguna connotación sobrenatural, los procesos mentales; entre los que se incluyen, por supuesto los que dan lugar al pensamiento y el sentimiento religiosos y a la misma idea de Dios.
Mucho antes de las ciencias modernas, Kant apuntó en su crítica filosófica, que Dios es sólo una idea; una idea que no tiene posibilidad alguna de ser contrastada con la realidad del mundo. Dado que es sólo una mera idea, es completamente incapaz de expandir por sí misma, nuestro conocimiento de lo que existe. Sin embargo fue una idea muy útil  en tiempos probablemente convulsos y muy difíciles para la supervivencia humana, ya que supuso un aglutinante de los hombres. Algo así como un pegamento que potenció la unión ante la adversidad, el dolor, el miedo, y la lucha contra otros hombres.
Son los circuitos neuronales los que crean las ideas. Y existen datos experimentales capaces de proporcionar una hipótesis plausible de cómo, en términos exclusivamente neuronales, el cerebro las construye. Estos procesos neuronales, han ido siendo seleccionados al igual que nuestras características físicas a lo largo del proceso evolutivo.
En numerosas ocasiones, se ha querido defender la idea de la realidad de Dios argumentando que el propio pensamiento científico maneja ideas que no tienen un substrato sensorial. Es decir que damos realidad a cosas que no se ven, ni se tocan, ni huelen, como es el caso de los átomos. Sin embargo, se olvidan de que estas ideas siempre refieren y tienen su origen en el mundo sensorial.

La teoría del valle inquietante: ¿desconfían las personas de los androides?

Muchos de nosotros, amantes de la ciencia ficción desearíamos convivir con lo que para nosotros son personajes entrañables de nuestras novelas o películas favoritas. Sin embargo, existe un sentimiento de repulsión hacia los androides. Las personas desconfían de estas réplicas humanas que se asemejan y actúan casi como seres humanos. El robotista japonés Masahiro Mori, explicó este fenómeno en la década de los setenta. Su teoría del valle inquietante afirma que sentimos más empatía hacia un robot cuanto más humanoide es, hasta llegar a un punto de inflexión donde el parecido humano nos empieza a repeler. El "valle" es por tanto, un bache en una gráfica de la aceptación de un androide que se corresponde con la pérdida de las características maquinales, y la dotación de un parecido excesivo a un ser humano.
Un equipo internacional investigó el fenómeno estudiando el encéfalo de personas mientras observaban a un androide inquietante denominado Repliee Q2. Los descubrimientos, publicados en la revista Social Cognitive and Affective Neuroscience, sugieren que el desajuste perceptual entre la apariencia y el movimiento es lo que provoca estos sentimientos.
Ayse Pinar Saygin, de la UC San Diego y autora principal del estudio, evaluó lo que denominan el sistema de percepción de la acción del encéfalo humano. ¿Está este sistema configurado más en función de la apariencia o del movimiento del ser humano? El objetivo era desentrañar las propiedades funcionales de sistemas encefálicos que permiten que las personas comprendan las acciones y los movimientos de los demás. Los resultados de los escáneres de resonancia magnética funcional (RMf) mostraban que el cerebro de los participantes se "encendía" cuando la apariencia humana de un androide y su movimiento robótico "no computaban". El encéfalo no parece creado para atender a la apariencia biológica o al movimiento biológico per se, indicó la profesora Saygin. Aparentemente se ocupa de comprobar si se cumplen sus expectativas, que la apariencia y el movimiento  sean congruentes.
Es curioso, pero pensamos en lo graciosas que resultan a todo el mundo esas máquinas de tabaco con voz de mujer y los siniestras que, sin embargo, nos parecen las muñecas articuladas que adivinaban la fortuna en las ferias de hace un siglo. Ambas no son más que simples mecanismos expendedores, pero la primera es similar a esa clase de robot aparatoso y simpático, como R2D2 de Star Wars, mientras que en la segunda hay una imitación grotesca de lo humano.
Aquí os dejo uno de los vídeos para que decidáis vosotros mismos en qué punto de la curva de aceptación os situaríais: 

Bebés altruistas

Antes se pensaba que al nacer, no hay moral alguna. Se creía que los bebés incluso podían matar a un animal pequeño. Existen experimentos muy bonitos como el realizado por Felix Warneken del laboratorio de estudios del desarrollo de la Universidad de Harvard que demuestran que esto no es correcto, y que, al menos algunos aspectos de la moralidad, como la empatía y la compasión, existen incluso en los niños más pequeños. Warneken hacía que se le cayera un bolígrafo al suelo y se colocaba de forma que no podía alcanzarlo, pero el bebé sí. Si gateaba por la habitación podía alcanzarlo y devolvérselo al experimentador. Demostró que incluso bebés de 14 meses se subían a los cojines, cogían el bolígrafo y se lo devolvían. En cambio, no lo hacían si Warneken lo había tirado voluntariamente. Se trata de un claro ejemplo de altruísmo.

Relatos de ciencia ficción: "Maður"


- Lo que me faltaba… Un paticorto asesinado en mi distrito. – Dijo Ejdall a su ayudante mientras le daba su gabardina y su sombrero.
- Si alguien te oyera llamarlo así, te meterías en un buen lío. – Contestó Férfi.

Ejdall examinó el cadáver con mucho cuidado. Era un varón, aunque aún había gente que lo calificaría como macho, negándole cualquier tipo de humanidad. Los Sapiens llevaban ya cincuenta mil años conviviendo con los Maður en el norte de Europa, Canadá, Alaska y la Patagonia, pero únicamente doscientos en paz. Los Sapiens y el calor les habían expulsado de sus antiguas tierras sagradas. Eran individuos fuertemente adaptados al frío extremo, con un robusto esqueleto, la pelvis ancha, las extremidades cortas y el tórax en forma de barril. Aquello les otorgaba una fuerza muy superior a la de la mayoría de los Sapiens, pero también un aspecto bastante cómico, sobre todo si uno no estaba acostumbrado a verlos circular por la calle.
Al ver el cadáver de una sapiens tendido a su lado, Ejdall se temía lo peor. Recientes estudios científicos afirmaban que el cuatro por ciento del ADN sapiens coincidía con el de los Maður, pero en los cincuenta mil años de convivencia nunca se había dado un caso de mestizaje. A nadie le extrañaba, además de la aparente barrera genética, ¿quién iba a querer montárselo con un paticorto?

- Parece que hubo una gran pelea. El maður se llevó la peor parte, como si hubiese defendido a la chica hasta el final. – Dijo Ejdall.
- Tiene el tórax lleno de golpes, probablemente le reventaran el hígado. – Contestó Férfi mientras hacía fotografías. – Mira Ejdall, sangre en las uñas. Ya tenemos ADN.

Había sido un día duro, pero aún quedaba lo peor: esperar los resultados del laboratorio, y hablar con la prensa. Este no era un caso de asesinato normal. Hacía casi un siglo que un maður no moría a manos de un sapiens, y sin duda la prensa querría su trozo de pastel.
Al día siguiente Férfi llegó con el sobre al despacho de Ejdall.
- Agárrate bien a la silla Ejdall, esto es gordo.
- ¿Qué podría ser más gordo que un paticorto asesinado por un sapiens Férfi?
- Un paticorto y medio Ejdall.

Condones en gravedad cero

¿Quién no ha querido ser astronauta en alguna etapa de su vida? Lo cierto es que no es un camino de rosas, y la mayoría de ellos, tras años de entrenamiento, permanecen en el espacio unos pocos días. El duro entrenamiento al que someten es sumamente necesario para poder vivir en ausencia de gravedad. El cuerpo humano no funciona igual sin gravedad. La sangre, por ejemplo, deja de acumularse en las piernas para quedarse en la parte alta del cuerpo. Los receptores del volumen sanguíneo están en la parte alta por lo que el cerebro interpreta que hay demasiada sangre y empieza a fabricar menos células sanguíneas e inmunitarias, lo que baja las defensas. Otro órgano que tampoco funciona bien es la vejiga. Cuando está llena, los sensores lo detectan y ordenan al cerebro que debe vaciarse. En gravedad cero, estos sensores no funcionan. Por esto, en los inicios de los programas estadounidenses Geminis y Apolo, los astronautas tenían que ajustarse una especie de condón al pene. Mediante un tubo de plástico, este condón se conectaba a una bolsa donde se acumulaba la orina. No obstante, surgió algún problema al respecto... la NASA ofrecía tres tamaños de condones: pequeño, mediano y grande. Ningún astronauta escogía el pequeño lo que provocaba situaciones en las que el condón se salía de su posición. Por eso, más adelante los técnicos de la NASA decidieron simplemente cambiar el nombre de los tamaños disponibles a grande, extra-grande y extra-extra-grande.

"El Gen Egoísta" de Richard Dawkins

Una vez más recurro a uno de mis divulgadores favoritos para llenar mis cada vez más pequeños ratos libres. Richard Dawkins, zoólogo especializado en evolución y en comportamiento animal, enseña etología en la Universidad de Oxford. Siempre polémico, se ha declarado enemigo acérrimo de la religión, por lo que se ha ganado innumerables enemigos. 
El Gen Egoísta explica el fenómeno evolutivo desde la perspectiva de los genes. La teoría del gen egoísta establece que la evolución opera sobre los genes y no sobre los individuos. A simple vista puede parecer contraria a la teoría darwinista, pero no lo es, ya que la selección natural sigue siendo el motor de la evolución, la diferencia es que ésta sí actúa sobre los individuos y no directamente sobre los genes. La principal característica que llevó a Dawkins a establecer los genes como agentes sobre los cuales actúa la evolución, es que son replicadores, y los replicadores presentan tres características imprescindibles para que se de el fenómeno evolutivo: longevidad, fecundidad y estabilidad. De esta forma, la competencia o lucha por la existencia frente a unos recursos limitados, se aplica aquí a las especies de replicadores.
Por tanto, ¿cuál es nuestro papel como individuos en la naturaleza?. Para el replicador (el gen) no somos más que máquinas de supervivencia programadas por los genes, que "viajan" dentro de ellas hacia una nueva generación. Al principio, las máquinas de supervivencia no eran más que recipientes pasivos, ideados quizá para evitar la pérdida de alguna molécula importante para el replicador, o para mantener unidos a dos replicadores que cooperaban entre si. Con el tiempo, dichas máquinas se convirtieron en complejos cuerpos formados por colonias de genes que se comportan o mueven como una unidad, empleando energía almacenada para generar movimiento mecánico, y con la única finalidad de preservar y transmitir los genes que portan. Este empaquetamiento de materia viva en vehículos discretos se convirtió en una característica tan destacada y dominante que, cuando los biólogos aparecieron en escena y comenzaron a plantear cuestiones acerca de la vida, sus preguntas se centraron en los vehículos, en los organismos individuales. El organismo individual fue el primero en llegar a la conciencia del biólogo, mientras que los replicadores (genes) se consideraron una parte de la maquinaria empleada por los organismos individuales. Es necesario por tanto, poner las cosas en orden en biología y recordar que los replicadores fueron los primeros, en importancia, y en la historia
Puede pensarse que el autor apoya el determinismo genético. Al respecto el autor hace varias aclaraciones explicando que a pesar de que los seres humanos estamos bajo la influencia de nuestros genes, no estamos controlados por ellos.

La física y los fenómenos sociales

Repasando la prensa de esta mañana, he descubierto una teoría interesante de Maximino San Miguel Ruibal, físico estadístico de la Universidad de Islas Baleares, considerado un referente internacional y que acaba de ser galardonado con la medalla de la Real Sociedad de Física Española y la Fundación BBVA. San Miguel afirma que fenómenos que se producen entre los átomos y las moléculas tienen también lugar en las redes que se establecen entre las personas, dando lugar en ocasiones a fenómenos emergentes que ciencias como la Física pueden ayudar a entender. 
En sus últimos trabajos ha constatado que, al igual que un átomo es igual que otro en un proceso de magnetismo, por ejemplo, "en los fenómenos sociales, la psicología individual no es relevante".
"Como físicos intentamos estudiar procesos colectivos y fenómenos emergentes por la interacción de muchos nodos. Es el mismo caso que los movimientos en cascada en el norte de África, o las convocatorias a manifestaciones por móviles y redes sociales. Es un sistema aislado que se autoorganiza". Afirmaba San Miguel.
No obstante, San Miguel encuentra una importante diferencia respecto a los fenómenos físicos, la coevolución en las redes de personas. "Las partículas físicas no cambian por la retroalimentación de un fenómeno que emerge, los átomos siguen siendo iguales; pero en la sociedad nos adaptamos y cambiamos. La coevolución tiene en cuenta que interaccionamos con los vecinos o los más afines, pero también que podemos romper el enlace y buscar otros compañeros sociales, llegando a crear una red diferente. Las personas, de este modo, cambiamos las estructuras sociales como resultado de cambios en las redes".
San Miguel también a analizado qué ocurre cuando en un sistema interfieren factores externos, como los medios de comunicación de masas o agentes políticos, "Si envías un mensaje radical, lo escuchará la gente más cercana a ese mensaje, pero provocarás rechazo del resto, polarizarás. Por ello, en periodos electorales, los candidatos suavizan sus eslóganes".

De Homo antecessor a Homo sp.

Tras más de tres años de análisis, y tras haberla atribuido de forma provisional al Homo antecessor, especie característica del yacimiento burgalés, los responsables del yacimiento de Atapuerca han reconocido no saber a qué especie pertenece esta mandíbula de 1,2 millones de años de antigüedad. "Necesitamos encontrar más fósiles" apremia José María Bermúdez de Castro, codirector de las excavaciones. El estudio será detallado en Journal of Human Evolution junto a una detallada descripción de las patologías dentales que presentaba este adulto, a quien según los datos, se lo comieron. Probablemente fue competencia entre tribus, aunque es imposible saberlo a ciencia cierta.
Por el momento está clasificado como Homo sp, es decir, un humano indefinido, desconocido hasta que aparezcan nuevos restos en la Sima del Elefante. Con ello se reduce la presencia de H. antecessor, y se plantean más interrogantes sobre la evolución de nuestra especie en Europa. Según el estudio, la parte exterior de la mandíbula presenta rasgos primitivos que emparentarían a su dueño con H. georgicus, que vivió hace 1,8 millones de años en Dmanisi (Georgia) y que sería uno de los primeros humanos en abandonar África. Sin embargo, la cara interna es más evolucionada y más similar a la nuestra.

La odisea de los más antiguos pobladores de la Tierra

Algunos estudios genéticos ya habían apuntado que los bosquimanos que habitan el sur de África son un grupo humano muy antiguo. La confirmación ha llegado recientemente en un estudio publicado en Nature, que revela que se trata de los Homo sapiens modernos con más diversidad genética y que nuestra especie pudo dar sus primeros pasos en lo que eran sus tierras, en el África austral, hasta que grupos de bantúes, hotentotes o blancos las fueron ocupando.
Los bosquimanos juntos con los hadza tanzanos, serían los pueblos de cazadores y recolectores remanentes de aquellos primeros grupos que decidieron quedarse en su hogar durante casi 70.000 años, mientras algunos parientes salían por el noroeste africano en busca de nuevos horizontes.
Tras la colonización, el vasto territorio que ocupaban se repartió entre cuatro países: Bostwana, Angola, Sudáfrica y Namibia, y su futuro quedó truncado. Su situación no ha dejado de empeorar desde entonces. Para algunos gobiernos son "los salvajes", "las gentes de la Edad de Piedra" que hay que civilizar en reservas acondicionadas.
En Namibia, es fácil encontrarlos alcoholizados en las esquinas de las grandes ciudades, malviviendo en asentamientos de chabolas de lata bajo un sol abrasador, prestándose a mostrar sus ancestrales danzas a cambio de las limosnas de los turistas, muy lejos del parque nacional de Etosha, donde vivían. Pero donde el acoso ha sido más destructor es en Bostwana, donde viven unos 45.000 bosquimanos. Desde mediados de los 90, el gobierno fue expulsándoles de la Reserva Central del Kalahari, un extenso territorio de 52.000 kilómetros cuadrados con grandes riquezas minerales, sobre todo de diamantes, y una fauna con gran potencial turístico.
No es un pueblo religioso. Su conexión es con la tierra dónde están enterrados sus antepasados y con la naturaleza. En los campamentos están perdidos porque no pueden trabajar ni cazar.
Tampoco es envidiable la historia de sus parientes genéticos, los hadza tanzanos. No superan el millar y sus territorios de caza podrían ser atravesados en el futuro por una autopista.

La noche de las hormigas vivientes

Lo que observamos en la foto de arriba es una hormiga zombi, o algo parecido. La pequeña hormiga está infectada por el hongo Ophiocordyceps unilateralis, parecido al que en el centeno forma los llamados "cuernos" o Claviceps purpurea. Estos hongos, de la familia de los Calvicipitaceae, son productores de micotoxinas, alcaloides derivados del ácido lisérgico, que perturban la mente. En la Edad Media se producían frecuentemente intoxicaciones por consumo de cereales infectados con cornezuelo que desembocaba en graves y dolorosas dolencias que producían intenso picor. Lo llamaban el fuego de San Antonio y provocaba lesiones deformantes y muchas veces fatales.
O. unilateralis infecta un determinado tipo de hormigas carpinteras de las selvas brasileñas a las que trastornan su mente impulsándolas a vagabundear fuera de su nido en los troncos hasta que acaban por morir. Cuando el resto de las hormigas detectan que alguna de esas compañeras está infectada por el hongo, no paran hasta que consiguen expulsarla de su compañía, así el hongo llega al ambiente donde mejor se reproduce. Como en las zonas altas de los árboles no ofrecen la humedad ni la temperatura adecuada, el hongo obliga a la hormiga a trasladarse a zonas más bajas en donde las condiciones son mejores. El mordisco postrero del zombi no ocurre en cualquier lugar, sino que frecuentemente se aferra a una vena de la parte de abajo de una hoja que está a dos palmos del suelo en donde la humedad es más del 90% y la temperatura entre 20 y 30ºC. Las esporas son el vehículo para volver a infectar a otras hormigas y de esta forma empezar de nuevo el ciclo, segurando así la perpetuación de la especie.
O. unilateralis produce hifas que salen de la cabeza del cadáver una vez ha muerto, a la vez que remodela el cadáver reforzando las zonas débiles de la cutícula. El hongo se desarrolla y realiza su reproducción sexual produciendo unos sacos llenos de esporas, y las hormigas que pasan, quedan infectadas.


"La Tierra se Agota" de James Lovelock: El último aviso para salvar nuestro planeta

James Ephraim Lovelock se ha descrito en ocasiones como un científico de la Tierra y de la vida, creador de la controvertida teoría de Gaia, siempre se refiere a la Tierra como algo vivo. Para él, Gaia es un ente vivo capaz de autorregularse para seguir conteniendo vida en su interior. Desde la perspectiva de su teoría gaiana, Lovelock nos hace ser conscientes de la gravedad de nuestra situación. A veces, los individuos sufren una enfermedad llamada policitemia, una superpoblación de glóbulos rojos que hacen más daño que bien. Por analogía la enfermedad de Gaia podría llamarse "poliantroponemia" en la que los seres humanos la superpueblan. Esta enfermedad no sólo afecta al cambio climático, manifiesto en la sequía, el calor y el aumento del nivel del mar. Hay que tener en cuenta también que la química del aire y los océanos está cambiando y el mar es cada vez más ácido.
Podemos hablar de desarrollo sostenible, de huellas de carbono, de energías más limpias y renovables, pero llegados a este punto, parece imposible revertir los cambios adversos que ya han comenzado. Pese a ello, tenemos la esperanza de vivir en un planeta que se autorregula para mantenerse habitable, el estado de calentamiento en el que Gaia podría replegarse debido a su enfermedad será incómodo pero no letal.
No obstante pese a ser inevitable, contamos con numerosos recursos para frenar el cambio, Lovelock apuesta por el uso de las energías nuclear y termosolar, no sólo por tratarse de las más limpias y rentables, sino porque proporcionarían en el futuro una civilización compacta que permitiría la síntesis de alimentos reduciendo su impacto en el planeta, y el expandido desierto de este calorífico planeta constituiría una abundante fuente de energía solar. Dicha civilización daría la oportunidad de dejar de ser una carga para la regulación de Gaia. También nos habla de geoingeniería; métodos físicos paliativos tales como la manipulación del albedo planetario; geoingeniería biológica, que incluye la fertilización de los sistemas de las algas marinas con hierro; y geoingeniería gaiana que incluye cambiar la naturaleza de retroalimentación climática de positiva a negativa, por ejemplo mediante la captación de dióxido de carbono de la atmósfera.
Lo verdaderamente importante es que la Humanidad debe sobrevivir a este cambio, y que nuestros descendientes sepan hacerlo de una forma aún más próxima a Gaia.

¿Por qué tenemos miedo a las centrales nucleares?

Tras el gravísimo accidente de Fukushima, es probable que mucha gente tenga dudas respecto a lo que representa el fenómeno de la radiactividad y qué consecuencias puede tener para la salud. Las radiaciones son un tipo de energía que forma parte de la naturaleza. Por ejemplo, gran parte del material del suelo es uranio, y las estrellas también emiten radiación, especialmente el sol, y esto se nota de forma acusada cuando viajamos en avión. Las partículas que más abundan son las de tipo gamma, que atraviesan sin dificultad los tejidos e impactan en el ADN de las células, donde producen el efecto más importante, ya que provocan mutaciones celulares produciendo cáncer. La radiación también se puede inhalar. Esta vía tiene un agravante, porque el elemento químico entra en el cuerpo, puede metabolizarse y permanecer durante mucho tiempo descargando radiaciones. Hay que distinguir entre la exposición puntual a altas dosis (muy por encima de 100 milisieverts), que pueden provocar efectos agudos en poco tiempo (malestar, quemaduras en la piel, caída del pelo, diarreas, náuseas y vómitos), y los daños acumulados, que pueden causar problemas más graves a largo plazo (cáncer), sobre todo leucemias y cáncer de tiroides. Esto último es debido a que entre los múltiples componentes que pueden encontrarse en un reactor nuclear, uno de los más peligrosos es el yodo radiactivo, que puede ser absorbido por el organismo durante un accidente acumulándose en la glándula tiroides. El uso de yoduro de potasio (las famosas pastillas de yodo) tiene como objetivo evitar estos daños, saturando la glándula para que no pueda absorber más yodo radiactivo.
Las radiaciones controladas no suponen ningún riesgo, y conviven con nosotros en hospitales, industrias, en ciertos gases que se encuentran en el terreno... Sirven para tratar el cáncer (radioterapia) y para diagnosticar muchas enfermedades (resonancias magnéticas, por ejemplo). Lo que ha sucedido en Japón es una situación inesperada e impredecible, y las repercusiones dependerán de la distancia a la que se encuentre cada persona, su sensibilidad y por supuesto las dosis y los materiales radiactivos emitidos.
Según ha reconocido la Agencia de Seguridad Nuclear Japonesa, unos minutos después de la tercera explosión registrada en la central, los niveles de radiación superaron los 8 milisieverts (mSv) por hora, el triple de la cantidad normal a la que está sometida una persona a lo largo de todo un año. Una persona recibe unos 3 mSv a lo largo de todo el año (según la OMS), el 80 % a través de fuentes naturales de radiación, y el otro 20 % a través de procedimientos y pruebas médicas, aunque estas cifras varían en función del terreno. Según Eduardo Gallego, profesor del Departamento de Ingeniería Nuclear de la Universidad Politécnica de Madrid, por debajo de los 100 mSv al año (cifra que equivale a 2 o 3 escáneres), la mayoría de la gente no sufre ningún síntoma. Los ciudadanos de Fukushima tendrían que estar unas 12 horas expuestos para alcanzar los 100 mSv. Es muy recomendable no obstante realizar controles médicos periódicos en busca de posibles tumores. A partir de 100 mSv pueden aparecer algunos daños en la piel, náuseas, vómitos, problemas respiratorios y, si afecta a mujeres embarazadas, puede ocasionar retraso en el desarrollo cerebral del bebé. A mayores dosis, mayores repercusiones como destrucción del sistema nervioso central y los glóbulos blancos y rojos, lo que compromete el sistema inmunológico.

Pese a ello y al reciente accidente ocurrido en Japón, es un error pensar que las centrales nucleares son excepcionalmente peligrosas. Desde el accidente en la central soviética de Chernobil (Ucrania) se ha desatado una furia antienergética nuclear que ha perseguido al mundo. El accidente, una explosión de vapor, sucedió en un reactor inestable en el que se estaba llevando a cabo un experimento imprudente y mal planteado. Las 75 personas que murieron eran casi todas trabajadores de la central o del equipo enviado por el estado para recoger el desastre. Incluso la BBC anunció solemnemente durante los años siguientes que habría decenas sino cientos de miles de muertes a causa de la radiación en toda Europa. Médicos pertenecientes a diversos organismos de Naciones Unidas han realizado repetidas investigaciones y no han encontrado ninguna prueba que respalde esas sombrías predicciones. Los expertos en radiaciones que podían haber puesto en tela de juicio semejantes predicciones decidieron guardar silencio. En cualquier caso, debido a dicho accidente y a las pruebas nucleares llevadas a cabo por Francia, la Unión Soviética y EEUU, se formó la idea de que todo lo nuclear, incluido el uso de energía atómica para producir electricidad es malo, insalubre y hasta pecaminoso. De esta manera, el mensaje se amplificó hasta el punto de que ningún partido político tiene el coraje de respaldar abiertamente la energía nuclear como la más ecológica, barata, fiable y segura fuente de electricidad. 
El miedo a lo nuclear está tan enraizado que si a un ingeniero de una central nuclear japonesa se le cae una llave inglesa y necesita primeros auxilios (y con este ejemplo no pretendo restar importancia al gravísimo accidente de Fukushima), la noticia aparece en la primera página de nuestra prensa bajo el título de "Grave accidente en una central nuclear japonesa", mientras que la muerte de cientos de mineros chinos a consecuencia de una explosión subterránea en una mina de carbón no merecerá más que un pequeño párrafo perdido en las profundidades de esa misma prensa.

Tomado de "La Tierra se Agota" de James Lovelock.

¿Qué es un tsunami?


La palabra tsunami viene del japonés puerto (tsu) y ola (nami). A diferencia de las olas del mar normales, que se generan por las mareas, el viento, las corrientes y las condiciones meteorológicas, el tsunami se desencadena por algo que provoca el desplazamiento de un enorme volumen de agua, como avalanchas de tierra, erupciones volcánicas y terremotos. Son precisamente los terremotos que se producen en las zonas de subducción (donde se encuentran dos placas tectónicas presionando una contra otra e introduciéndose una bajo la otra), donde normalmente se generan los tsunamis.
Una vez se ha generado, la ola puede viajar a una velocidad de unos 800 a 1.000 km/h, sus olas pueden alcanzar los 10 metros de altura al llegar a la costa. Son olas que, a diferencia de las superficiales, implican movimiento de toda la columna de agua, hasta el fondo. Además de viajara a gran velocidad, puede recorrer grandes distancias con una pérdida de energía limitada.
Los sistemas de alerta de tsunamis aprovechan esas horas que puede haber entre el terremoto y la llegada de las olas gigantescas. Se basan en redes de sensores de presión instalados en el fondo marino y boyas de superficie que transmiten la información sobre la situación del mar, en tiempo real, por satélite.

Así era Ötzi, el Hombre de Hielo


Vivió hace 5.300 años (según las pruebas con carbono 14) y su nombre alude al valle alpino de Ötz. Se trata de un Homo sapiens de finales del Neolítico que fue hallado momificado y perfectamente preservado por el hielo el 19 de septiembre de 1991. 20 años después Ötzi vuelve a la vida en esta recreación realizada utilizando tomografías computerizadas, y que puede ser contemplada en el Museo Arqueológico de Bolzano. El resultado es una persona con el rostro demacrado y surcado por profundas arrugas, muy ajada para sus 46 años, delgada, con muy poca grasa subcutánea pero con buenos músculos y una estructura ósea robusta. Obviamente, hay partes que son fruto de la interpretación, pero sí se sabe a ciencia cierta que tenía los ojos marrones, medía 1,60, pesaba unos 50 kg y llevaba el pelo largo.
Murió un día de primavera o inicios de invierno como se deduce de la presencia de restos de polen en sus pulmones e intestinos. Ötzi acababa de subir una montaña cubierta de nieves perpetuas en los Alpes italianos. Tenía una grave herida en la mano derecha, que se había hecho entre uno y tres días antes, probablemente en el curso de un pelea. Todo indica que Ötzi huía de algo o de alguien y se vio obligado a abandonar su aldea.
Llevaba un arco sin terminar y un carcaj con 12 flechas de las cuales sólo 2 estaban listas para disparar. Cargaba también un cuchillo de pedernal, con su propia funda y un instrumento para afilarlo, un trozo de pedernal para poder encender un fuego y trozos de carbón incandescente envueltos en hojas para hacer una hoguera en cuestión de minutos.
Cansado por el esfuerzo, nuestro hombre buscó entre las rocas un lugar seguro y poco visible donde sentarse a descansar. Después se sentó a comer: un poco de carne de ciervo aderezada con verduras y un cereal en forma probablemente de pan. Aún tenía el estómago lleno cuando alguien le disparó por la espalda una flecha que le dio en el hombro izquierdo. La herida de dos centímetros le causó una fuerte hemorragia, hasta el punto de morir desangrado en cuestión de minutos. 
Su cadáver quedó sepultado bajo una gruesa capa de nieve y hielo en poco tiempo, por lo que permaneció congelado durante 5.300 años.
Se han contado hasta 57 tatuajes en su cuerpo, muy elementales, limitándose incluso a puntos, pequeñas líneas y diminutas cruces. Se piensa que puede tratarse de una técnica ancestral de curación ya que en los mismos puntos se han detectado signos de artritis. En palabras de Beat Gugger, comisario del museo, "lo fascinante de Ötzi es que nunca llegaremos a conocerle del todo, lo que a su vez hará que siempre siga despertando interés científico".

Las mentiras sobre la energía eólica

Los políticos del mundo desarrollado admiten el cambio climático, pero da la impresión de que sus políticas siguen siendo las del siglo XX, basadas en los consejos de grupos de presión verdes y en los de la comunidad empresarial, que ve enormes ganancias a corto plazo en los programas energéticos subvencionados. Se diría que rara vez actúan siguiendo las recomendaciones de sus consejeros científicos. Mientras que Francia e Inglaterra siguen adelante con sus programas para construir y mejorar nuevas centrales nucleares, en España seguimos empeñados en llenar nuestros montes de estos horribles artilugios.
Espero que el movimiento verde y sus abogados cejen en su equivocada oposición a la energía nuclear. Es irracional en su mayor parte, y se basa en una insostenible concatenación de errores y desinformación. Es absurdo pensar que se puede alterar la respuesta de la Tierra a nuestro favor usando energía solar fotovoltáica o energía eólica. 
Para un parque eólico de 20 turbinas de 1 MW se necesitan unas 10.000 toneladas de hormigón. Se requerirían 200 parques eólicos de estas características, que cubrirían un área considerable, para igualar la constante producción de energía de una sola central térmica de carbón o de una central nuclear. Aún más absurdo es que habría que construir una central nuclear o una térmica de carbón de tamaño estándar por cada uno de esos gigantescos parques eólicos para secundar las turbinas durante el 75% del tiempo en que el viento fuera demasiado fuerte o demasiado débil. Además, para construir un parque eólico de 1 GW se emplearía suficiente cantidad de hormigón, dos millones de toneladas, como para construir una ciudad en la que podrían vivir 100.000 personas en 30.000 casas. Al hacer y utilizar esa cantidad de hormigón se liberaría alrededor de un millón de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera.
No nos engañemos, el hecho de que cerremos nuestras centrales nucleares, no nos hace independientes de la energía nuclear, sólo sirve para aumentar cada año nuestro recibo de la luz, debido a la constante necesidad de España de comprar energía de más allá de los Pirineos, producida por cierto por modernas centrales nucleares francesas.

Tomado de "La Tierra se Agota" de James Lovelock.

La bioquímica del beso

Mañana es San Valentin, el día en el que todo el mundo habla de amor y besos, así que yo no voy a ser menos, eso sí, desde un punto de vista científico. El propio Darwin en su obra La Expresión de las Emociones en el Hombre, llegó a la conclusión de que el impulso de besar es "innato y quizás hereditario en nuestra especie". Pese a que algunos antropólogos han cuestionado esta teoría basándose en el hecho de que el 10% de las culturas humanas no se besan, el péndulo del tiempo ha terminado oscilando hacia el lado de Darwin. Pero, ¿por qué nos besamos? ¿qué reacciones químicas están implicadas y cuál es el papel del cerebro?
Un beso (si se da correctamente) envía sensaciones al sistema límbico del cerebro, asociado al amor, la pasión y la lujuria, lo que provoca una descarga de neurotransmisores y hormonas, que causa un subidón natural en las dos personas estimulando los centros del placer del cerebro. La sensación tiene mucho que ver con un neurotransmisor llamado dopamina, una especie de droga natural asociada con el deseo y con las expectativas de placer.
La dopamina puede llegar a tener el efecto estimulante de una raya de cocaína, pues actúa en la misma parte del cerebro. Un primer beso con la persona adecuada puede desatar sentimientos de euforia, haciéndonos sentir "en una nube". Otra sustancia más familiar también tiene un importante papel durante el beso, se trata de la adrenalina. La adrenalina mejora nuestro ritmo cardíaco, reduce el estrés, nos hace sudar, refuerza la experiencia, y nos prepara para el contacto físico. Así mismo, la serotonina regula nuestras emociones y la transmisión de información al cerebro, también puede causar pensamientos obsesivos sobre la otra persona. Alguien que acaba de enamorarse tiene los niveles de serotonina comparables a los de un obsesivo-compulsivo.
No obstante, cuando estas hormonas, más asociadas a la novedad del primer beso, empiezan a descender, la oxitocina se convierte en la única garantía de éxito de la pareja ya que potencia el vínculo maternal.
Por otro lado, los labios constituyen la parte del cuerpo que más información envía al cerebro, gracias a sus numerosas terminaciones nerviosas. Un leve estímulo en ellos activa una parte del cerebro mayor que un estímulo sexual genital.
En el mundo animal también encontramos comportamientos de este tipo que pueden interpretarse como señales de afecto; los alces y las ardillas frotan sus narices, los manatíes se mordisquean cariñosamente, las tortugas se dan golpecitos en la cabeza, los gatos se chupan, los perros se olisquean, los elefantes se exploran con las trompas, las jirafas enlazan sus largos cuellos e incluso se puede ver a las hembras de bonobo poner morritos a los machos para recibir cariñosos besos en los labios.

Lucy in the Sky with Diamonds

AL-288-1 es el nombre verdadero de este maravilloso esqueleto de Australopithecus afarensis, a día de hoy el más completo de su especie. No obstante aquella noche de 1974, mientras el equipo de Donald Johanson celebraba el descubrimiento en las inmediaciones del yacimiento en Hadar, Etiopía, sonaba Lucy in the Sky with Diamonds, de The Beatles, por lo que finalmente pasaría a ser conocido como Lucy. Un nombre mucho más cariñoso y personal para un fósil de increíble importancia en el estudio de la evolución humana. El gran debate que ha provocado siempre Lucy en la comunidad científica es si realmente era un animal bípedo o pasaba buena parte de su vida en las ramas de los árboles. Pues bien, parece ser que un pequeño hueso del pie encontrado por el propio Johanson en el yacimiento 333 de Hadar ha resuelto el dilema. El hallazgo, publicado en la revista Science, certifica que efectivamente los Autralopithecus afarensis eran bípedos.
¿Cómo puede un pequeño hueso del pie asegurarnos categóricamente que el animal podía caminar sobre sus extremidades posteriores? Se trata del cuarto metatarso del pie izquierdo de un individuo de la misma especie que Lucy (3,2 millones de años) y que presenta la misma curvatura que encontramos en los primeros homínidos bípedos, así como en nuestros propios pies. Una de las claves evolutivas clave para la locomoción bípeda es el desarrollo de arcos permanentes en los pies. Esto permite la absorción de impactos durante la locomoción y aporta la flexibilidad necesaria para caminar o correr a diferentes velocidades. Aunque la anatomía de estos animales apuntaba claramente a una locomoción bípeda, hasta ahora, sólo contábamos con una prueba que apuntara a ello, y no se trataba de ningún hueso fosilizado, sino de las famosas huellas (llamadas icnitas) de Laetoli, en Tanzania, con unos 3,7 millones de años de antigüedad; las huellas dejadas por 3 individuos (¿madre, padre e hijo?) sobre las cenizas de un volcán.

Una colisión en la constelación de la Ballena

La fotografía anterior fue tomada con la ayuda del Telescopio Espacial Chandra de Rayos X, y del Hubble. En ella podemos ver un espectacular anillo que forma parte del sistema Arp 147 de dos galaxias en interacción. Dicho sistema se encuentra a 430 millones de años luz de distancia, en la constelación de la Ballena, y contiene los restos de la colisión entre una galaxia elíptica y otra espiral. Ello provocó una onda expansiva de formación de estrellas masivas que aparecen en colores azules.
En color rojo, aparece otra galaxia anular y alargada. Igualmente en color rojo, aparece una estrella brillante mucho más cercana a nuestra galaxia, y finalmente, un cuásar, en blanco y rosa en la esquina superior izquierda.

La cigüeña gigante

Se trata de un nuevo ejemplo del fenómeno conocido como gigantismo insular. También existe el fenómeno divergente de enanismo insular. Se trata en cualquier caso de un fenómeno de especiación alopátrida (por aislamiento geográfico) de animales que colonizan islas apartadas. Las especies crecen paulatinamente con el tiempo. Las causas son diversas, entre ellas hay que destacar la ausencia de depredadores y competidores así como la presencia de presas grandes.
Leptoptilus robustus habitó la Isla de Flores, en Indonesia hace entre 20.000 y 50.000 años. Convivió por tanto con Homo floresiensis, apodado "el hobbit" debido a su baja estatura que recuerda a las criaturas descritas en la obra de Tolkien. Medía casi 2 metros de altura y pesaba unos 16 kg. El estudio ha sido publicado en Zoological Journal of the Linnean Society. Se han hallado muy pocos fósiles de aves en estas islas. Leptoptilus se extinguió a finales del Pleistoceno (unos 12.000 años atrás).

Encédalo: el satélite efervescente

En 2005, los geofísicos de la NASA no esperaban encontrar nada interesante en Encédalo, una diminuta luna situada a las afueras de los anillos de Saturno. Pero después de que la la sonda Cassini sobrevolara su superficie helada, los investigadores se quedaron sin aliento al ver que estaba repleta de penachos de vapor de agua, partículas de hielo y compuestos orgánicos que salían disparados de unas fisuras abiertas en su caparazón congelado. Para algunos esta es la prueba de la existencia de una gran masa de agua subterránea. Pero aun hay más, las mediciones térmicas comprobaron que algunas fisuras alcanzaban temperaturas elevadísimas (hasta 120º Farhenheit). En palabras de Dennis Matson del laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, "esta alta temperatura tiene que ser de origen volcánico. El calor debe fluir desde el interior, suficiente para fundir parte del hielo subterráneo y crear unas balsas de agua". Pero, ¿cómo el contenido de un océano cubierto por una corteza de hielo de hasta decenas de kilómetros de espesor puede alcanzar la superficie?, "¿nunca te has mojado cuando has abierto una lata de refresco?" contesta Matson. El modelo que proponen él y sus colegas es que los gases disueltos en las aguas profundas forman burbujas. Puesto que la densidad de este agua efervescente es menor que la del hielo, el líquido asciende rápidamente a través del hielo hacia la superficie.
Queda una última pregunta, ¿cómo se calienta esta pequeña roca?, los científicos creen que puede tratarse de lo que se llama calentamiento por marea, la fuerza de atracción de Saturno, que incluso provoca que la forma de Encédalo cambie ligeramente a medida que orbita, provoca fricciones internas que animan la actividad volcánica.

"Evolución. El Mayor Espectáculo Sobre la Tierra", de Richard Dawkins

Es harto conocido el temor que tienen los creacionistas al etólogo británico Richard Dawkins, y no es para menos. Frente a ellos y los defensores del Diseño Inteligente, para Dawkins la evolución ha dejado de ser una teoría, con el significado de hipótesis, para convertirse en una teoría, en el sentido de hecho o fenómeno contrastado y confirmado mediante observación y experimentación.
En esta obra, Dawkins emplea como metáfora un detective que llega tarde a la escena del crimen, un crimen que comenzó hace millones de años y que se ha prolongado hasta nuestros días. Para resolver el enigma cuenta con un sinfin de pistas: desde la evolución de nuestras especies domésticas (perros, vacas, coles...) mediante selección artifical, el inmenso abanico de adaptaciones al entorno, la evolución paralela de especies, el registro fósil, los modernos relojes moleculares, el desarrollo ontogénico, las respuestas escondidas en las secuencias de ADN... hasta los procesos evolutivos que tienen lugar en un período de tiempo tan corto que somos capaces de percibirlos.
Diré sin miedo a desvelar el final, que gracias a muchos grandes científicos, empezando por Darwin, el crimen ha sido resuelto, y en esta obra se incluye gran parte de las pruebas que apuntan a su autor. 
Cada día aparecen nuevas pruebas que respaldan la evolución, y son más sólidas que nunca. Como final para esta reseña, os invito a que pinchéis en este enlace, y os maravilléis con el resultado de la evolución.

Usted misma lo hizo en nueve meses...

En una ocasión, J. B. S. Haldane (uno de los arquitectos del Neodarwinimo) fue desafiado en una ocasión por una señora después de una conferencia pública:

Escéptica de la evolución: Profesor Haldane, incluso con los miles de millones de años de los que usted ha dispuesto la evolución, simplemente no puedo  creer que sea posible ir desde una simple célula hasta un complicado cuerpo humano, con sus miles de millones de células organizadas en huesos y músculos y nervios, un corazón que bombea sin cesar durante décadas, miles y miles de vasos sanguíneos y túbulos renales, y un cerebro capaz de pensar y hablar y sentir.

J. B. S.; Pero señora, si usted misma lo hizo. Y sólo tardó nueve meses.

Tomado de Evolución: El mayor espectáculo sobre la Tierra, de Richard Dawkins.

Los necios y su "eslabón perdido"

Ya ha comenzado la segunda década del siglo XXI y, aunque parezca mentira sigue habiendo gente en el mundo que niega el Evolucionismo. Muchas publicaciones influyentes no ayudan demasiado a erradicar el creacionismo utilizando términos obsoletos como "eslabón perdido". Muchos creacionistas siguen empleando como argumento el ya conocido "muéstrennos el eslabón perdido, y creeremos en el Evolucionismo". Se refieren obviamente a un espécimen intermedio entre los chimpancés y nosotros mismos. Nosotros NO descendemos de los chimpancés, sino que compartimos un antepasado común cercano en el tiempo. No obstante, es razonable suponer que dicho antepasado fuera más parecido al chimpancé que a nosotros, puesto que el hábitat ancestral del chimpancé apenas ha cambiado desde entonces.
En cualquier caso, los paleontólogos y zoólogos ponen nombres a sus descubrimientos, pero no hay que olvidar que dichos nombres nunca están exentos de cierta polémica, y son consecuencia de la insistencia humana de asignar todo a una categoría. Así por ejemplo, los cráneos KNM ER 1813 y KNM ER 1470 datados en aproximadamente 1,9 millones de años son considerados por la mayoría de las autoridades como del género Homo, pero no siempre fue así. KNM ER 1813 se ha llegado a clasificar como Australopithecus habilis y como Homo habilis, mientras que KNM ER 1470, como A. habilis, H. habilis, A. rudolfensis, y H. rudolfensis. Lo mismo sucede con el cráneo OH 24 (conocido como Twiggy), clasificado por algunos como A. habilis y como H. habilis por otros.
¿Debería esta confusión de nombres reducir nuestra confianza en la ciencia evolutiva? Todo lo contrario. Eso es exactamente lo que cabría esperar, dado que todas estas criaturas son especímenes intermedios, el registro fósil está lleno de "eslabones perdidos". Deberíamos estar preocupados si no hubiera especímenes intermedios tan cercanos a los límites, y por tanto, tan difíciles de clasificar. De hecho, la asignación de nombres sería imposible si el registro fósil estuviera más completo. Como escribió Darwin en su obra "El Origen del Hombre": "En una serie de formas que van cambiando gradualmente desde alguna criatura parecida a un mono hasta el hombre que ahora existe, sería imposible fijar un punto definido en el que debiera ser utilizado el término "hombre".
En definitiva, los nombres no importan, y ya no hay "eslabones perdidos", abundan los especímenes intermedios.


Tomado de Evolución: El mayor espectáculos sobre la Tierra, de Richard Dawkins.