La mayoría de las ideas fundamentales de la ciencia son esencialmente sencillas y, por regla general pueden ser expresadas en un lenguaje comprensible para todos.
Albert Einstein.

El 4 % de nuestro ADN procede del Hombre de Neandertal

Desde el descubrimiento de Homo neanderthalensis u hombre de Neandertal en 1856, los paleoantropólogos han mantenido la hipótesis de que durante su convivencia con Homo sapiens en Eurasia durante el Pleistoceno (unos 52.000 años desde que H. sapiens sale de África hace unos 80.000 años hasta la completa extinción de los neandertales hace unos 28.000), pudo haber cruzamientos entre ambas especies. Pues bien, después de un siglo de debate, la genética por fin nos ha dado una respuesta. Gracias a los trabajos del investigador sueco Svante Pääbo en el Instituto Max Planck de Alemania se ha logrado secuenciar ADN de este homínido. Parece ser que se produjo cruzamiento, pero los genes dicen que ese encuentro se produjo muy al principio, en Oriente Medio, poco después de la salida de H. sapiens de África, y por ello todos los humanos modernos tenemos un 4 % de ADN neandertal en nuestras células a excepción de los africanos. En este descubrimiento han trabajado también investigadores españoles con material fósil de la cueva de El Sidrón (Asturias).
La genética también ha demostrado que el neandertal evolucionó de forma paralela al H. sapiens desde antepasados comunes lejanos, y gracias a ella ahora sabemos un poquito más de su árbol genealógico; los llamados denisovanos que llegaron a los confines de Asia, no eran ni sapiens, ni neandertales, aunque eran más cercanos a estos últimos. De hecho, compartieron un ancestro común de hace unos 600.000 años (nuestra especie se separaría de esta rama unos 200.000 años antes). Debido a la falta de registro fósil (sólo una falange y una muela), aun no se ha puesto nombre a esta supuesta especie de homínido. Sería la primera especie que se define por una molécula en lugar de por sus huesos. La siguiente pregunta que se han realizado los investigadores es ¿hubo hibridación entre los denisovanos y las otras dos especies de homínidos?. Parece ser que se ha encontrado en poblaciones actuales del archipiélago de Melanesia en torno a un 5 % de ADN denisovano. Cómo y dónde pudieron encontrarse estas dos poblaciones de homínidos es un misterio.
Como suele ocurrir, con nuevas respuestas surgen nuevas preguntas. El objetivo es saber cómo llegamos a ser lo que somos, un proceso que cada vez se revela más complejo.

¿Selección artificial o extraña coincidencia?

Lo que podéis ver en la foto superior es un cangrejo de la especie Heikea japonica encontrado en aguas de Japón, y un grabado en madera de una máscara kabuki que representa un samurái. El nombre genérico del crustáceo, Heikea, procede de un clan japonés, los Heike que fueron derrotados en la batalla marina de Danno-Ura (1185), por el clan rival de los Genji. Cuenta la leyenda que los espíritus de los guerreros Heike habitan ahora el fondo del mar en los cuerpos de estos cangrejos. El mito se refuerza por el patrón que tiene este cangrejo en la espalda, y que corresponde con líneas de inserciones musculares, que recuerda el gesto de ferocidad de los guerreros samuráis.
Con el tiempo, los zoólogos, han contado con una interesante teoría para este fenómeno; en palabras de Julian Huxley: "El parecido del Dorippe (antiguo nombre para Heikea) con un guerrero japonés enfadado es demasiado específico y demasiado detallado como para ser accidental... Se produjo porque los cangrejos con un mayor parecido a la cara del guerrero eran comidos con menos frecuencia que los otros". Esta teoría de selección artificial realizada involuntariamente por los pescadores japoneses recibió un nuevo impulso en 1980 cuando Carl Sagan habló de ella en su libro Cosmos: "Supongamos que, por accidente, entre los antepasados lejanos de este cangrejo, apareció uno que se parecía ligeramente a un rostro humano. Aun antes de la batalla de Danno-Ura, los pescadores podían haber sido reacios a comer estos cangrejos. Al echarlos de nuevo al agua pusieron en marcha un proceso evolutivo... Al pasar las generaciones de cangrejos y pescadores, los cangrejos con dibujos que recordaban la cara de un samurái sobrevivieron preferentemente hasta que, en algún momento, lo que había no era sólo un rostro humano, ni el rostro de un japonés, sino la cara de un feroz samurái con el ceño fruncido".
Pese a todo, Richard Dawkins en su libro Evolución: el mayor espectáculo sobre la Tierra, es reacio a creer en esta teoría, y defiende que todo es consecuencia de la facilidad del cerebro humano para ver caras en patrones aleatorios, que además se refuerza si el patrón es simétrico.

La química es universal, la biología no

Científicos americanos, con Felisa Wolfe-Simons a la cabeza han descubierto en Mono Lake (California) una bacteria, del género de las Halomonas (capaces de de vivir en ambientes salinos), capaz de incorporar en sus moléculas vitales, tales como proteínas y ADN, el arsénico en lugar del fósforo. Parece algo normal, dado la increíble variabilidad que existe entre los microorganismo, sin embargo, este descubrimiento rompe con el paradigma actual de la biología. Hasta ahora, se creía que cualquier organismo estaba compuesto por seis elementos principales; el carbono, el hidrógeno, el nitrógeno, el oxígeno, el azufre y el fósforo. 

"El Gran Diseño", de Stephen Hawking y Leonard Mlodinow

Stephen Hawking, uno de los más grandes físicos teóricos del mundo, y su colega Leonard Mlodinow, nos muestran en su último libro una nueva imagen del universo. No obstante, en este tratado no explica  únicamente cómo se comporta el universo, sino también por qué lo hace como lo hace. ¿Por qué hay algo en lugar de no haber nada?, ¿por qué existimos?, ¿por qué este conjunto particular de leyes y no otro?. No, no se tratada de un tratado sobre filosofía, sino sobre los progresos técnicos, y las teorías más recientes en el campo de la física.
Durante siglos, los científicos han buscado una única teoría unificada que explicara todas las fuerzas de la naturaleza y que diera razón a cada detalle de la materia. Tal como Einstein lo expresó, la esperanza consistía en decir que "la naturaleza está constituida de tal forma que es posible establecer lógicamente unas leyes tan estrictamente determinadas que en su marco sólo pueden presentarse constantes físicas completamente determinadas de forma racional (por lo tanto, constantes cuyo valor numérico no pueda ser modificado sin destruir la teoría)". La llamada teoría M podría ser esta teoría. En cualquier caso, nuestra existencia está sujeta a un ajuste fino de las leyes de la física, lo que mucha gente usaría como evidencia de que somos obra de un Dios, y no de la casualidad. Sin embargo, según las predicciones de la teoría M, nuestro universo no es el único, sino que muchos de ellos fueron creados de la nada. La idea del multiverso no es una noción inventada para justificar el milagro del ajuste fino, sino que es consecuencia de la condición de ausencia de límites, ya que significa que nuestro hábitat cósmico es, tan solo uno entre muchos otros, tal como nuestro sistema solar es uno entre muchos otros. Por lo tanto, los ajustes finos en las leyes de la naturaleza pueden ser explicados por la existencia de miles de millones de universos. En definitiva, no hace falta invocar a un Dios para encender las ecuaciones y poner en marcha el universo.

Otro efecto negativo de la pérdida de diversidad biológica

Estamos en 2010, Año Internacional de la Diversidad Biológica. La pérdida de biodiversidad es uno de los mayores problemas ecológicos del momento, pero puede tener una consecuencia negativa con la que los científicos no contaban. Nature, acaba de publicar un artículo en el que explica cómo la pérdida de biodiversidad puede provocar una mayor extensión de enfermedades patógenas.
Paradójicamente, la reducción de especies suele ir acompañada de una mayor incidencia de infecciones.
La explicación es bien sencilla, las especies desaparecidas eran menos susceptibles de convertirse en huéspedes de los agentes infecciosos. Por el contrario, las que sobreviven a la pérdida de biodiversidad parecen ser las que más eficazmente transportan y expanden enfermedades. Por tanto, aumenta la densidad de las especies portadoras, lo que incrementa, a su vez, la posibilidad de contagios.
Los autores han aventurado la siguiente hipótesis, "los rasgos que hacen a un huésped resistente a la pérdida de biodiversidad podrían también hacerlo más susceptible a la infección y transmisión de patógenos".

Con arsénico en vez de oxígeno

La NASA tiene preparado algo gordo. Ha convocado en su sede de Washington una rueda de prensa con la intención de "discutir un hallazgo en astrobiología que tendrá un gran impacto en la búsqueda de pruebas de vida extraterrestre".
La astrobiología es el estudio del origen, evolución, distribución y futuro de la vida en el universo. Entre los científicos que asistirán están Pamela Conrad, geobióloga, autora de un estudio sobre geología y vida en Marte; James Elser, miembro de un programa de la NASA que intenta averiguar las condiciones químicas de los ambientes en los que podría existir vida; Felisa Wolfe-Simon, oceanógrafa cuyos trabajos se centran en la posibilidad de fotosíntesis basada en arsénico; y Steve Benner, biólogo que forma parte del equipo de estudio de Titán, la mayor luna de Saturno, bajo la perspectiva de que su química se parece extraordinariamente a la de la Tierra primitiva.
De momento, no se sabe más, aunque muchos piensan que la NASA piensa anunciar la detección en Titán de alguna clase de organismo o bacteria capaz de crecer y sobrevivir a base de arsénico.


Sobre Darwin y el evolucionismo

Los principios de la evolución fueron expuestos en 1859 por Darwin, no obstante, si son válidos para todos los seres vivos, y por tanto, han estado vigentes desde que el ser humano apareció sobre la Tierra, ¿por qué se tardó tanto en descubrirlos?. Sencillamente, porque la evolución trabaja tan lentamente que no es apreciable en el curso de la vida de una persona. A día de hoy, a pesar de las muchas especies que hemos visto extinguirse, pocos son los que han visto surgir una especie nueva a partir de otra anterior. La evolución no se puede mostrar en pleno funcionamiento. En los últimos 15 años, la genómica, nos ha permitido observar el vínculo genético que existe entre organismos aparentemente tan dispares como  la anémona de mar y el ser humano.
Hubiese sido fascinante para Darwin poder comparar la serie de genomas ancestrales que ha derivado en una especie moderna concreta. De esta forma hubiese podido ver los cambios producidos en el paso del vertebrado ancestral, al mamífero ancestral, de ahí al primate ancestral, y por último, al ser humano moderno. Por desgracia el ADN de cualquier organismo se degrada en pocos miles de años, por lo que es necesario comparar los genomas de especies actuales.