Los principios de la evolución fueron expuestos en 1859 por Darwin, no obstante, si son válidos para todos los seres vivos, y por tanto, han estado vigentes desde que el ser humano apareció sobre la Tierra, ¿por qué se tardó tanto en descubrirlos?. Sencillamente, porque la evolución trabaja tan lentamente que no es apreciable en el curso de la vida de una persona. A día de hoy, a pesar de las muchas especies que hemos visto extinguirse, pocos son los que han visto surgir una especie nueva a partir de otra anterior. La evolución no se puede mostrar en pleno funcionamiento. En los últimos 15 años, la genómica, nos ha permitido observar el vínculo genético que existe entre organismos aparentemente tan dispares como la anémona de mar y el ser humano.
Hubiese sido fascinante para Darwin poder comparar la serie de genomas ancestrales que ha derivado en una especie moderna concreta. De esta forma hubiese podido ver los cambios producidos en el paso del vertebrado ancestral, al mamífero ancestral, de ahí al primate ancestral, y por último, al ser humano moderno. Por desgracia el ADN de cualquier organismo se degrada en pocos miles de años, por lo que es necesario comparar los genomas de especies actuales.
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