La mayoría de las ideas fundamentales de la ciencia son esencialmente sencillas y, por regla general pueden ser expresadas en un lenguaje comprensible para todos.
Albert Einstein.

El Cuaderno Escocés

Lvov (Lwów en polaco) es una antigua ciudad ucraniana; polaca hasta la Segunda Guerra Mundial. Allí nació el genio de la ciencia ficción Stanislaw Lem (Solaris). La ciudad tiene una universidad de cuatrocientos años, una ópera y varios museos, pero quizá, el edificio más célebre de la ciudad sea una simple cafetería. Fue en el tumultuoso ambiente del Café Escocés donde nació una de las más singulares creaciones de las matemáticas del siglo XX. A él se acercaban químicos, físicos, matemáticos y algún que otro escritor, para pasar las tardes de los sábados conversando delante de un café. No obstante, los matemáticos formaban una tertulia cerrada, discutían sobre problemas o jugaban largas partidas de ajedrez.
Un día, Stanislaw Ulam, Stefan Banach, y Stanislaw Mazur acudieron a una sesión que duró 17 horas sólo interrumpidas por las comidas. Esa maratoniana reunión dio como resultado un importante teorema de análisis funcional. Al día siguiente, se encontraron con que hasta el más pequeño detalle de dicha demostración improvisada había sido borrado de la mesa de mármol en la que habían estado trabajando. No quedaba ni rastro del teorema. Fue entonces cuando intervino Lucja, la mujer de Banach, quien entregó a su marido un cuaderno donde pudieran anotar las cosas importantes, y que al finalizar la jornada se quedaría el dueño del Café Escocés. El 17 de julio de 1935, Banach anotó el primer problema. Había nacido el Cuaderno Escocés.
Durante la ocupación soviética de Lvov, matemáticos rusos como Sobolev o Lusternik escribieron problemas en el Cuaderno Escocés. Durante la ocupación nazi, el cuaderno permaneció escondido dentro de la caja de las piezas de ajedrez y enterrado junto a uno de los postes de la portería del estadio del equipo de fútbol de la ciudad, hasta que Hugo Steinhaus, uno de los pocos matemáticos que consiguieron sobrevivir al exterminio nazi, lo recuperó, lo copió a mano y envió una copia a Ulem que había huido a EEUU, en 1956. Éste lo tradujo al inglés y envió copias a diferentes universidades de todo el mundo. A partir de entonces, el Cuaderno Escocés se convirtió en leyenda.

¿Qué aspecto tendrían? (Primera parte)

Como biólogo y amante de la ciencia ficción, una de mis mayores diversiones ha sido siempre conjeturar qué aspecto podría tener la vida alienígena. Así por ejemplo, Hollywood emplea casi siempre una forma humanoide con simetría bilateral, pero ésta no tiene por qué aplicarse necesariamente a toda la vida inteligente. El mismo Newton se preguntaba por qué todos los animales que podía ver a su alrededor poseían dicha simetría; dos ojos, dos patas delanteras y dos traseras. Hoy, se sabe que durante la gran explosión cámbrica, hace unos 500 millones de años, la naturaleza experimentó con un enorme conjunto de formas multicelulares microscópicas. Por supuesto no todas tenían simetría bilateral. No obstante se piensa que una de ellas con una médula espinal en forma de Y, y con simetría bilateral fue el ancestro de la mayoría de los mamíferos en la Tierra.
Sin embargo, como ya he dicho, este no es un requisito indispensable para el desarrollo de la inteligencia. Los científicos han concluido que la vida inteligente requiere sentir el entorno, y eventualmente, manipularlo, para lo cual son necesarios algún tipo de mecanismo sensorial o de visión para explorar el entorno, algún tipo de pulgar para agarrar, y algún tipo de sistema de comunicación, tal como el habla.
No obstante, algunos científicos han añadido un cuarto criterio con el fin de explicar un hecho curioso: los humanos somos mucho más inteligentes de lo necesario para sobrevivir, esto es, no nos hace falta conocer las ecuaciones de Maxwell para cazar y recolectar. ¿Por qué este derroche? Probablemente debido a una "carrera de armamentos" biológica interespecífica que impulsó a los humanos más inteligentes.
Más allá de estas características, todo vale... En la siguiente entrada, discutiremos sobre el tamaño.

Para más información consultar la obra "Física de lo Imposible" de Michio Kaku