La mayoría de las ideas fundamentales de la ciencia son esencialmente sencillas y, por regla general pueden ser expresadas en un lenguaje comprensible para todos.
Albert Einstein.

"Evolución. El Mayor Espectáculo Sobre la Tierra", de Richard Dawkins

Es harto conocido el temor que tienen los creacionistas al etólogo británico Richard Dawkins, y no es para menos. Frente a ellos y los defensores del Diseño Inteligente, para Dawkins la evolución ha dejado de ser una teoría, con el significado de hipótesis, para convertirse en una teoría, en el sentido de hecho o fenómeno contrastado y confirmado mediante observación y experimentación.
En esta obra, Dawkins emplea como metáfora un detective que llega tarde a la escena del crimen, un crimen que comenzó hace millones de años y que se ha prolongado hasta nuestros días. Para resolver el enigma cuenta con un sinfin de pistas: desde la evolución de nuestras especies domésticas (perros, vacas, coles...) mediante selección artifical, el inmenso abanico de adaptaciones al entorno, la evolución paralela de especies, el registro fósil, los modernos relojes moleculares, el desarrollo ontogénico, las respuestas escondidas en las secuencias de ADN... hasta los procesos evolutivos que tienen lugar en un período de tiempo tan corto que somos capaces de percibirlos.
Diré sin miedo a desvelar el final, que gracias a muchos grandes científicos, empezando por Darwin, el crimen ha sido resuelto, y en esta obra se incluye gran parte de las pruebas que apuntan a su autor. 
Cada día aparecen nuevas pruebas que respaldan la evolución, y son más sólidas que nunca. Como final para esta reseña, os invito a que pinchéis en este enlace, y os maravilléis con el resultado de la evolución.

Usted misma lo hizo en nueve meses...

En una ocasión, J. B. S. Haldane (uno de los arquitectos del Neodarwinimo) fue desafiado en una ocasión por una señora después de una conferencia pública:

Escéptica de la evolución: Profesor Haldane, incluso con los miles de millones de años de los que usted ha dispuesto la evolución, simplemente no puedo  creer que sea posible ir desde una simple célula hasta un complicado cuerpo humano, con sus miles de millones de células organizadas en huesos y músculos y nervios, un corazón que bombea sin cesar durante décadas, miles y miles de vasos sanguíneos y túbulos renales, y un cerebro capaz de pensar y hablar y sentir.

J. B. S.; Pero señora, si usted misma lo hizo. Y sólo tardó nueve meses.

Tomado de Evolución: El mayor espectáculo sobre la Tierra, de Richard Dawkins.

Los necios y su "eslabón perdido"

Ya ha comenzado la segunda década del siglo XXI y, aunque parezca mentira sigue habiendo gente en el mundo que niega el Evolucionismo. Muchas publicaciones influyentes no ayudan demasiado a erradicar el creacionismo utilizando términos obsoletos como "eslabón perdido". Muchos creacionistas siguen empleando como argumento el ya conocido "muéstrennos el eslabón perdido, y creeremos en el Evolucionismo". Se refieren obviamente a un espécimen intermedio entre los chimpancés y nosotros mismos. Nosotros NO descendemos de los chimpancés, sino que compartimos un antepasado común cercano en el tiempo. No obstante, es razonable suponer que dicho antepasado fuera más parecido al chimpancé que a nosotros, puesto que el hábitat ancestral del chimpancé apenas ha cambiado desde entonces.
En cualquier caso, los paleontólogos y zoólogos ponen nombres a sus descubrimientos, pero no hay que olvidar que dichos nombres nunca están exentos de cierta polémica, y son consecuencia de la insistencia humana de asignar todo a una categoría. Así por ejemplo, los cráneos KNM ER 1813 y KNM ER 1470 datados en aproximadamente 1,9 millones de años son considerados por la mayoría de las autoridades como del género Homo, pero no siempre fue así. KNM ER 1813 se ha llegado a clasificar como Australopithecus habilis y como Homo habilis, mientras que KNM ER 1470, como A. habilis, H. habilis, A. rudolfensis, y H. rudolfensis. Lo mismo sucede con el cráneo OH 24 (conocido como Twiggy), clasificado por algunos como A. habilis y como H. habilis por otros.
¿Debería esta confusión de nombres reducir nuestra confianza en la ciencia evolutiva? Todo lo contrario. Eso es exactamente lo que cabría esperar, dado que todas estas criaturas son especímenes intermedios, el registro fósil está lleno de "eslabones perdidos". Deberíamos estar preocupados si no hubiera especímenes intermedios tan cercanos a los límites, y por tanto, tan difíciles de clasificar. De hecho, la asignación de nombres sería imposible si el registro fósil estuviera más completo. Como escribió Darwin en su obra "El Origen del Hombre": "En una serie de formas que van cambiando gradualmente desde alguna criatura parecida a un mono hasta el hombre que ahora existe, sería imposible fijar un punto definido en el que debiera ser utilizado el término "hombre".
En definitiva, los nombres no importan, y ya no hay "eslabones perdidos", abundan los especímenes intermedios.


Tomado de Evolución: El mayor espectáculos sobre la Tierra, de Richard Dawkins.