Siempre que veo los incontables diseños alienígenas que surgen de la imaginación de los especialistas de Hollywood, mi limitada mente científica no deja de pensar si dichas formas pudieran ser o no posibles. En la anterior entrada me centré en el aspecto que podrían presentar los seres extraterrestres, pero hay que tener en consideración también la siguiente pregunta, ¿qué tamaño podrían tener?.
La existencia de grandes monstruos que vemos en las películas como King Kong o la mujer gigante de "El Ataque de la Mujer de 50 Pies", es físicamente imposible. Si tomamos a dicha mujer y multiplicamos su tamaño por 10, su peso aumentaría, como su volumen 1.000 veces (10 x 10 x 10), sin embargo, el área de sección transversal de sus huesos y músculos sólo aumentaría con el cuadrado de la distancia (10 x 10 = 100 veces). Esto significa que el peso aumentaría mucho más rápido que su resistencia, por lo que sus piernas se romperían al dar el primer paso. Si se aumenta la escala de una hormiga en un factor 1.000, sería 1.000 veces más débil que una hormiga normal, y sería aplastada por su propio peso. Una excepción la constituyen las grandes ballenas, que cuentan con la fuerza de empuje del agua del mar.
Esta no es la única razón por a la que un alienígena cuyo hábitat no sea líquido no podría ser tan grande como hemos podido ver en ocasiones en la ciencia ficción. El calor emitido por un animal aumenta cuando aumenta su área superficial. Por ello cuando aumenta su tamaño en un factor 10, sus pérdidas térmicas aumentan en 10 x 10 = 100. Pero el contenido de calor dentro de su cuerpo es proporcional a su volumen, o 10 x 10 x 10 = 1.000. Por ello, los animales pierden calor más lentamente que los pequeños.
Si os sentís atraídos por este tema, no dejéis de repasar la obra de Michio Kaku, el gran científico de la ciencia ficción.
Y para terminar con el tema sobre alienígenas, hay que tener en cuenta lo enorme que es el rango de variación de los factores físicos en el que podemos encontrar formas de vida en la Tierra. Así por ejemplo, recientemente se ha descubierto en Sudáfrica un gusano nemátodo a varios kilómetros de profundidad, donde anteriormente se pensaba que la única forma de vida era bacteriana. Halicephalobus mephisto soporta temperaturas de hasta 41º C y atmósferas poco oxigenadas, se reproduce asexualmente y se alimenta de bacterias.
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