La mayoría de las ideas fundamentales de la ciencia son esencialmente sencillas y, por regla general pueden ser expresadas en un lenguaje comprensible para todos.
Albert Einstein.

Nanotubos de carbono para cargar aparatos electrónicos


David Carroll, director del Centro de Nanotecnología y Materiales Moleculares, y su equipo de investigadores de la Universidad Wake Forest en Estados Unidos, desarrollan el Power Felt, una tela compuesta por nanotubos de carbono que podrá aprovechar la diferencia de temperatura entre el cuerpo humano y su entorno para generar electricidad y cargar teléfonos móviles simplemente llevándolos en la mano o en el bolsillo del pantalón. Donde unos sólo ven un avance con vistas a mejorar dichos aparatos eléctricos, otros vemos un nuevo pequeño paso hacia un modelo energético sostenible. El estudio ha sido publicado en la revista líder en nanotecnología NanoLetters.

Las fuerzas explotadas por la naturaleza para obtener recursos energéticos contrastan con los métodos industriales desarrollados por el hombre, un modelo energético nada sostenible. Al contrario, la naturaleza emplea seis fuentes de energía: las diferencias de temperatura, la luz, la fricción, la presión, el magnetismo y la bioquímica. La termoelectricidad es la conversión de un diferencial de temperatura en electricidad, y su aplicación permitiría alimentar nuestros equipos electrónicos, únicamente con el calor que emite nuestro cuerpo. Desde el Instituto Fraunhofer de Técnicas de Medición Física surgió la idea de emplear la diferencia de temperatura del cuerpo humano y su entorno para generar electricidad. A medida que aumenta la diferencia entre la temperatura del aire y la temperatura superficial, la generación de energía aumenta. Cuando la diferencia decrece, también lo hace el voltaje generado. No obstante, pronto se encontraron con un problema; el prototipo de generador ensayado proporcionaba 200 milivoltios, mientras que los aparatos requieren normalmente de 1 a 2 voltios. Es por esto que el material desarrollado por David Carroll y su equipo con nanotubos de carbono, aun no está capacitado para cargar por completo la batería de un teléfono móvil, no obstante, la actividad de un día normal, podría añadir una hora más a la vida de las baterías.
El material presenta numerosas aplicaciones potenciales, desde los marcapasos hasta relojes, dispositivos MP3 y por supuesto teléfonos móviles. Este avance permite considerar seriamente la posibilidad de liberarnos de las pilas, la minería, los metales y el enorme gasto de energía que requiere la fabricación de unos productos de consumo que, con toda seguridad, acabarán en un vertedero. Sin duda, la naturaleza es una fuente de inspiración inagotable.

Fuentes:


http://news.wfu.edu/2012/02/22/power-felt-gives-a-charge/

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